Conmemoración del día de las víctimas y sus reflexiones

Oscar Manuel Castrillon

Por: Oscar Manuel Castrillón Cobo

Nuestra apuesta nacional, regional y local es construir territorios de paz, territorios de libre desarrollo en sociedad y que ese pasado marcado por el conflicto armado tenga fin. Pero que tenga fin no es solamente dar por concluidas las negociaciones con los grupos armados ilegales en La Habana, firmar la paz y abrir nuevos espacios de participación y reconciliación; que claro son puntos importantes, pero que deben ir más allá, deben trascender hacía los actores directamente involucrados, y sobre todo a quienes han padecido las consecuencias de una guerra mundialmente reconocida por su perdurabilidad y las secuelas que ha dejado en el país.

Son justamente las víctimas quienes perdieron seres amados, quienes se vieron desplazados de sus hogares para llegar a las ciudades y encontrarse de frente con la realidad del país, el desempleo, la exclusión social y la falta de oportunidades y garantías; son las víctimas que han padecido el secuestro, los asesinatos, la extorsión y el silencio del Estado cuando no ha contado con herramientas efectivas para su atención; quienes han estado por más de cincuenta años en el ojo del huracán del conflicto armado.

Es por esto que las víctimas son el punto central de todo el escenario de negociación de la superación del conflicto, pero también lo deberán de ser en los escenarios de posconflicto, pues si la paz se construye con justicia, con el respeto y defensa de derechos, con valores éticos y morales, hacia esto debe estar dirigido el esfuerzo de todas las partes involucradas, a construir un país dispuesto para la paz y preparado para asumir todos los retos que surjan para velar por el derecho de las víctimas a reconstruir sus proyectos de vida  y avanzar integralmente en el desarrollo personal  y colectivo; como también el respeto y garantía de derechos de todos los colombianos.

Asimismo el reto estará en superar las barreras que impuso el conflicto armado en nuestra sociedad y que crearon brechas enormes, y aunque no es una tarea fácil, ni que se pueda culminar a corto plazo, requiere reflexión, esmero y compromiso social pero sobre todo de la voluntad política del Estado y los gobiernos regionales y locales para que se empiecen a dar los primeros pasos a la construcción de verdaderos territorios de paz.

En el marco de la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, el llamado es a que desde esos primeros pasos, las víctimas tengan el papel central que han tenido durante el conflicto, pero esta vez del otro lado, como el eje para comenzar desde sus perspectivas a construir las bases de las dinámicas del posconflicto y futuro país en paz.

Asimismo reiteramos el compromiso con todas las víctimas de nuestro departamento y reconocemos el valor que han tenido para aportar desde ellas mismas a la paz, superando los daños de la guerra, sobreponiéndose a su dolor y convirtiendo esto en el impulso para buscar transformar nuestro país en un territorio en el que todos y todas sin excepción podamos vivir en paz.